CONTRACCIÓN MUSCULAR
Incluso cuando estamos sentados y
completamente quietos, hay músculos de nuestro cuerpo que están en constante
movimiento. Los músculos permiten que el corazón lata, que el tórax se expanda
y se contraiga mientras respiramos y que los vasos sanguíneos ayuden a regular
la tensión arterial y el flujo sanguíneo por todo el cuerpo. Cuando sonreímos o
hablamos, los músculos nos ayudan a comunicarnos, y cuando hacemos ejercicio,
nos ayudan a mantenernos sanos y en una buena forma física.
Los movimientos que realizan
nuestros músculos están coordinados y controlados por el cerebro y el sistema
nervioso. Los músculos involuntarios están controlados por estructuras que se
encuentran en las profundidades del cerebro y la parte superior de la médula
espinal, denominada "tronco encefálico". Los músculos voluntarios
están controlados por una parte cerebros conocidos como corteza cerebral motora
y el cerebelo. Cuando usted decide moverse, su corteza motora envía una señal
eléctrica a través de la médula espinal y los nervios periféricos a los
músculos, haciendo que estos se contraigan. La corteza motora de la parte
derecha del cerebro controla los músculos de la parte izquierda del cuerpo y
viceversa.
El cerebelo coordina los
movimientos musculares ordenados por la corteza motora. Los sensores de
músculos y articulaciones envían mensajes de retroalimentación a través de los
nervios periféricos para indicar al cerebelo y a otras partes del cerebro dónde
y cómo se está moviendo el brazo o la pierna y en qué posición se encuentra.
Esta retroalimentación permite un movimiento fluido y coordinado.
Si queremos levantar un brazo, el
cerebro envía un mensaje a los músculos del brazo y éste se mueve. Cuando
corremos, se implican una mayor cantidad de mensajes cerebrales porque muchos
músculos deben trabajar al unísono. Los músculos mueven las partes del cuerpo
contrayéndose y relajándose. Los músculos pueden tirar de los huesos, pero no
pueden empujarlos nuevamente hacia la posición original.
Por ello, trabajan en pares de
flexores y extensores. El flexor se contrae para doblar una extremidad en una
articulación. Luego, una vez completado el movimiento, el flexor se relaja y el
extensor se contrae para extender o estirar el miembro en la misma
articulación. Por ejemplo, el bíceps, ubicado en la parte anterior del brazo,
es un flexor, y el tríceps, ubicado en la parte posterior del brazo, es un
extensor.
Cuando flexionamos el brazo a la
altura del codo, el bíceps se contrae. Luego el bíceps se relaja y el tríceps
se contrae para estirar el brazo. (Rivera, 2017)
CARACTERÍSTICAS,
ESTRUCTURA FUNCIONES DE LAS ARTICULACIONES.
LAS ARTICULACIONES Y QUÉ
HACEN
Las articulaciones se encuentran en las uniones entre huesos.
Hacen que el esqueleto sea flexible; sin ellas, el movimiento sería imposible.
Las articulaciones permiten que el cuerpo se mueva de muchas maneras. Algunas
de ellas se abren y se cierran como sin fueran bisagras (por ejemplo, las
rodillas y los codos), mientras que otras permiten realizar movimientos más
complejos. El hombro o la articulación de la cadera, por ejemplo, nos permite
realizar movimientos hacia adelante, hacia atrás, laterales y giratorios. Las
articulaciones se clasifican en función de su gama de movimientos. Las
articulaciones inmóviles o fibrosas no se mueven.
La bóveda craneal, por ejemplo, está formada por placas de hueso
que deben permanecer inmóviles para proteger el cerebro. Entre los bordes de
estas placas, hay uniones o articulaciones, de tejido fibroso. Las
articulaciones fibrosas también mantienen los dientes fijos en la mandíbula.
Las articulaciones semimóviles o cartilaginosas presentan muy poco movimiento.
Están unidas por cartílago, como en la columna. Cada una de las
vértebras de la columna se mueve con respecto a la de más arriba y a la de más
abajo y, conjuntamente, estos movimientos otorgan flexibilidad a la columna. Las
articulaciones móviles o sinoviales se mueven en muchas direcciones.
Las principales articulaciones del cuerpo, ubicadas en la cadera,
los hombros, los codos, las rodillas, las muñecas y los tobillos, son móviles.
Están llenas de líquido sinovial, que actúa a modo de lubricante para ayudar a
las articulaciones a moverse con facilidad.
EXISTEN TRES TIPOS DE
ARTICULACIONES MÓVILES QUE DESEMPEÑAN UN PAPEL IMPORTANTE EN EL MOVIMIENTO
VOLUNTARIO:
LAS ARTICULACIONES DE BISAGRA permiten el
movimiento en una sola dirección, como las rodillas y los codos.
LAS ARTICULACIONES PIVOTANTES permiten el
movimiento giratorio o de rotación, como cuando la cabeza gira de un lado a
otro.
LAS ARTICULACIONES ESFÉRICAS son las que permiten
mayor libertad de movimiento. Las caderas y los hombros tienen este tipo de
articulación, en que el extremo redondo de un hueso largo encaja en el hueco de
otro hueso. Problemas óseos, musculares y articulares Por muy fuertes que sean
los huesos, estos pueden romperse. Los músculos se pueden debilitar y las
articulaciones (así como los tendones, los ligamentos y el cartílago) se pueden
lesionar o pueden quedar afectadas por enfermedades.
Los problemas que pueden afectar a los huesos, músculos y
articulaciones incluyen los siguientes:
ARTRITIS. La artritis es la
inflamación de una articulación, y las personas que la padecen presentan
hinchazón, calor, dolor y, a menudo, tienen problemas de movilidad. Aunque
solemos pensar en la artritis como una dolencia que afecta únicamente a la
gente mayor, también puede presentarse en niños y adolescentes. Entre los
problemas de salud que se asocian a artritis en niños y adolescentes se
encuentran la artritis reumatoide juvenil, el lupus, la enfermedad de Lyme y la
artritis séptica (una infección bacteriana de una articulación).
FRACTURA. Una fractura consiste
en la rotura de un hueso; los huesos pueden agrietarse, partirse o astillarse.
Tras la fractura, nuevas células óseas rellenan el hueco y reparan la rotura.
El tratamiento habitual consiste en colocar un yeso o escayola resistente que
mantiene el hueso en la posición correcta hasta que se cura. Si la fractura es
complicada, es posible que se deban colocar clavos y placas metálicas para
proporcionar mayor estabilidad mientras se cura la fractura.
DISTROFIA MUSCULAR. Distrofia
muscular es un grupo de enfermedades de tipo hereditario que afectan a los
músculos, que se debilitan y deterioran con el paso del tiempo. En la infancia,
la forma más habitual es la distrofia muscular de Duchenne, que afecta en mayor
medida al sexo masculino.
ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER.
La enfermedad de Osgood-Schlatter es una inflamación (dolor e hinchazón) del
hueso, cartílago y/o tendón ubicados en la parte superior de la tibia, donde se
inserta el tendón de la rótula. Esta enfermedad suele afectar a adolescentes
activos hacia el comienzo del "estirón de la adolescencia", el
período de aproximadamente dos años de duración en que crecen con mayor
rapidez.
OSTEOMIELITIS. La osteomielitis
es una infección del hueso a menudo provocada por la bacteria Staphylococcus
aureus, aunque también la pueden provocar otros tipos de bacterias. En niños y
adolescentes, la osteomielitis suele afectar a los huesos largos de brazos y
piernas. La osteomielitis suele desarrollarse tras una lesión o traumatismo.
OSTEOPOROSIS. En la
osteoporosis, el tejido óseo se vuelve frágil, fino y esponjoso. Los huesos se
rompen con facilidad y a veces la columna vertebral empieza a desintegrarse. Si
bien este trastorno suele afectar a personas mayores, los niños y los
adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria pueden padecerla, al
igual que las niñas que padecen la "tríada de la deportista".
Bibliografia
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