Un corazón artificial es una prótesis que se
implanta en el cuerpo para reemplazar al corazón biológico. Es distinto de una
máquina de bypass cardiopulmonar (CPB), que es un dispositivo externo utilizado
para proveer las funciones del corazón y los pulmones. El CPB oxigena la
sangre, y por lo tanto no es preciso se encuentre conectado a ambos circuitos
sanguíneos. Además, un CPB es adecuado para ser utilizado solo durante algunas
pocas horas, mientras que se han utilizado corazones artificiales por períodos
que exceden un año de uso (información válida al año 2007).
Tipos
de Corazones artificiales:
Corazón
artificial total: (por sus
sigla en inglés TAH) su implantación requiere la extracción del corazón nativo.
Es un procedimiento de cirugía similar a un trasplante de corazón con un
donante humano de corazón.
Dispositivo
de asistencia cardíaca: (por
sus siglas en inglés VAD) no se debe extraer el corazón del paciente durante la
implantación, sino que el dispositivo se coloca junto al corazón existente para
brindar un soporte adicional mientras el órgano se recupera. Los dispositivos
de asistencia ventricular pueden brindar soporte al ventrículo izquierdo (LVAD,
Left Ventricular Assist Device), al ventrículo derecho (RVAD, Right Ventricular
Assist Device') o a ambos ventrículos (BiVAD, Biventricular Assist Device). A
diferencia de la implantación del TAH, el dispositivo de asistencia provee solo
una parte del trabajo total desarrollado por el corazón del paciente.
Primer
implante de un corazón artificial total
Durante la tarde del 4 de abril de 1969 Denton
A. Cooley y Domingo Liotta le reemplazaron el corazón a un hombre moribundo por
un corazón mecánico ubicado dentro de su pecho, esta operación se realizó a
modo de puente para permitir un trasplante en el Texas Heart Institute en
Houston. El paciente se despertó y se recuperó sin problemas. Después de 64
horas el corazón artificial impulsado por medios neumáticos fue extraído siendo
reemplazado por el corazón de un donante. Reemplazar el corazón artificial más
tarde se demostró no fue una decisión adecuada. Treinta y dos horas después del
trasplante el paciente falleció de lo que más tarde se determinó fue una
infección pulmonar aguda, que se extendió a ambos pulmones, causada por hongos,
muy probablemente producto de las drogas inmuno depresoras que se le habían
suministrado. Si hubieran dejado el corazón artificial es probable que el
paciente no hubiera fallecido.
El prototipo original del corazón artificial de
Liotta-Cooley utilizado en esta histórica operación es exhibido en el
Smithsonian Museum Treasures of American History en Washington, DC.
El primer corazón artificial que fue patentado
fue inventado por Paul Winchell en 1963 [1]. Posteriormente Winchell le cedió
la patente a la Universidad de Utah, donde Robert Jarvik lo utilizó como modelo
para desarrollar el Jarvik-7. Los diseños de Jarvik mejoraron el diseño, pero
sus pacientes fallecieron después de unas breves pruebas. El primer paciente al
que se le colocó el Jarvik-7, fue el dentista Barney Clark de 61 años de edad
que sobrevivió durante 112 días después de la implantación que se realizó en la
Universidad de Utah el 2 de diciembre, de 1982. Una de las innovaciones que
incorporaba el Jarvik-7 era el material de recubrimiento interno, desarrollado
por David Gernes. Este recubrimiento favorecía la adherencia de la sangre y el recubrimiento
de sus paredes internas con tejido vivo, lo que permitía se estableciera un
flujo más natural de la sangre.
Después de que unas 90 personas recibieran el
dispositivo de Jarvik, se prohibió el implante de corazones artificiales en
pacientes con fallas cardíacas para usos permanentes, porque la mayoría de los
pacientes no lograban sobrevivir más de seis meses. Sin embargo, se utiliza de
forma temporal en algunos candidatos a trasplantes cardíacos, que están
esperando la aparición de un donante de corazón pero necesitan urgentemente
reemplazar su corazón ya que está sumamente enfermo.
Hiroaki Harasaki de la Cleveland Clinic
desarrolló dos mejoras importantes sobre el corazón artificial y diseñó nuevos
órganos artificiales. Las dos innovaciones patentadas resuelven importantes
obstáculos de la problemática de los órganos artificiales implantables y sus
materiales. La primera fue un material de recubrimiento superficial que no
induce la coagulación lo cual reduce en forma significativa los riesgos de que
el sistema inmunológico del paciente rechace el órgano. La segunda innovación,
que requirió un esfuerzo colaborativo de numerosas disciplinas, consistió en
una fuente de energía implantable con una generación de calor tan reducida que
no daña los tejidos.
Desarrollos
recientes:
El 2 de julio, del 2001 Robert Tools recibió el
Corazón de Reemplazo implantable de AbioCor producido por la empresa AbioMed de
Danvers, Massachusetts. Fue el primer transplante de un corazón artificial
completamente autocontenido. La cirugía se realizó en la University of
Louisville en el Jewish Hospital en Louisville, Kentucky. Tom Christerson
sobrevivió por 17 meses luego de otro transplante AbioCor. El 6 de septiembre
del 2006 el dispositivo AbioCor fue el primer corazón artificial completamente
implantable aprobado bajo las denominadas 'dispositivos de uso humanitarios'.
CARMAT SA, firma francesa, ha desarrollado un
corazón artificial cuya primera implatation en un paciente de 75 años de edad,
se llevó a cabo el 18 de diciembre de 2013, por el equipo del Hospital Europeo
Georges Pompidou en París (Francia). El paciente falleció 75 días después de la
operación. El prototipo utiliza sensores electrónicos integrados y se hizo a
partir de tejidos animales químicamente tratados, llamados
"biomateriales", o un "pseudo-piel" de biosíntesis,
materiales microporosos. El dispositivo CARMAT diferencia de los diseños
anteriores por estar destinado a ser utilizado en casos de insuficiencia
cardiaca terminal, en lugar de ser utilizado como un dispositivo de puente
mientras el paciente espera un trasplante. Con 900 gramos pesa todavía casi
tres veces que el corazón típico y está dirigido principalmente hacia los
hombres obesos. También requiere que el paciente lleva una batería de Li-Ion
adicional. La vida útil prevista del corazón artificial es de alrededor de 5
años (230 millones de latidos).(“Corazón artificial”, 2016)
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