La resistencia es
la tendencia de un material a resistir el flujo de corriente y es específica
para cada tejido, dependiendo de su composición, temperatura y de otras
propiedades físicas.
Cuanto mayor es la resistencia
(R) de un tejido al paso de la corriente, mayor es el potencial de
transformación de energía eléctrica en energía térmica (P) como se describe por
la ley de Joule
P= I2 x R.
La resistencia de
los tejidos humanos al paso de una corriente es muy variable;
Los
nervios, encargados de transmitir señales eléctricas, los músculos, y los vasos
sanguíneos con su alto contenido en electrolitos y agua son buenos conductores.
Los huesos, los tendones y la grasa tienen una gran resistencia y tienden a
calentarse y coagularse antes que transmitir la corriente. La piel es la primera resistencia al paso de la corriente al interior del cuerpo. Gran parte de la energía es disipada por la piel produciendo quemaduras, pero evitando lesiones profundas más graves a las esperadas si se aplicara directamente sobre los tejidos profundos. La piel presenta pues la primera barrera al paso de corriente, y su resistencia puede variar desde 100 ohmios en las membranas mucosas, hasta 1000.000 de ohmios /cm2 en unas palmas callosas. El sudor puede reducir la resist encia de la piel a 2500-3000 ohmios. La inmersión en agua la reduce de 1500 a 1200 ohmios, por lo que pasaría mayor cantidad de corriente eléctrica a través del cuerpo presentándose en estos casos parada cardiaca sin que se aprecien quemaduras en la superficie de la piel, como es el caso de electrocución en la bañera.
Al bajar la resistencia de la piel, una corriente de bajo voltaje puede convertirse en una amenaza para la vida.
Bibliografia
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